De los conciertos del jueves no puedo contar mucho, ya que Fire no los vi por que llegué tarde (como siempre), Dorian si y no me disgustaron y Antonia Font, tuve un pequeño "error de calculo" (o de cantidad, según se mire jejeje) y solo presté atención a las primeras canciones, pero tenían muy buena pinta y gente que sí estuvo escuchando el concierto me comentó que estuvieron geniales. Me lo apunto para volver a verlos otro día.
El viernes fue el gran día del festival. La sala estaba a reventar a causa del tirón de Nacho Vegas, ya que la mayoría de la gente se fue después de su actuación. El primer grupo, El chico de la espina en el costado, me gustó muchísimo. Cuando tienes dos discos, con buenas canciones, es muy fácil hacer un buen directo (aunque a algunos les cueste tanto) de una horita, así que cumplió con creces su cometido y se ganó un humilde seguidor (yo) que no dudará en recomendarlo como grupo a tener en cuenta en cualquier conversación de música.
Después le tocó el turno a Fantasma #3, que fue un muy buen concierto también, aunque les tocó aguantar un poco la indiferencia del público que estaba a la espera del Sr. Vegas, sin duda, la primera gran decepción del festival, aunque no por culpa suya realmente. Escuchar a Nacho Vegas en sus discos, ya de por si, es un poco complicado de disfrutar si no has tenido o tienes tendencias mentales suicidas. Sus ritmos pausados, su voz tranquila, sus canciones eternas y sus letras extensas son su sello particular que no todo el mundo tiene tiempo de asimilar de camino al trabajo entre los empujones de la gente en el metro abarrotado, así que sabiendo que iba a hacer un acústico, todavía no entiendo muy bien por que ponerlo el viernes junto a tres grupos más totalmente distintos, en lo que a estilos musicales se refiere y encima solo dejándolo tocar una hora.
Así que como podéis imaginar, entre que sus canciones tienen una media de cinco-seis minutos, que era acústico, que tocó muy poco rato y que la sala había más gente de la normal, se creo un ambiento somnoliento y calenturiento que se transformó en decepción cuando se fue y el dj puso música. Pocas canciones, grandes temas que se dejó en el tintero, ni un bis y caras de sorpresa tras su marcha. ¿Por que no tocó el miércoles junto a Josele Santiago si los dos eran en acústico? El miércoles hubiese sido un gran día para los dos, tocando el rato que hubiesen querido y la gente los hubiese podido disfrutar mucho más. Y Tarantula el viernes hubiese causado mejor impresión que la que causó.
Por suerte, una de las grandes sorpresas, en cuanto a directo se refiere, apareció en el escenario después de Nacho Vegas, con la única misión de despertar a los que se habían quedado a verlos, recordar a los que se habían olvidado de que aquello era un festival y que quedaba otro grupo y que ellos eran los verdaderos cabezas de cartel de ese día. Standard.
Salieron con ganas, muchas ganas, con una actitud envidiable para muchos artistas consagrados que tocar en directo les supone un gran esfuerzo. Sabían a lo que iban, sabían donde estaban y sabían quien había tocado antes y que tenían que hacer para ganarse al público. Canciones movidas, actitud provocadora en las pausas, buena música y espectáculo, que al fin y al cabo es a lo que se va a un concierto, a ver algo que no puedes apreciar en un disco. Incluso el cantante (que todavía tengo mis dudas si era el monologuista Luis Piedrahita, por su gran parecido con él jejeje) bajó del escenario en medio de una canción y se unió al público para acabar de integrarse con ellos y explicarles que en aquel concierto, estar parado podía considerarse una ofensa hacia el grupo. Otros a los que habrá que tener en cuenta para un futuro.