Hablando con un amigo del kurro del tema de las obras, me comentó que a él (que también está haciendo reformas en casa) le va a poner las puertas un carpintero que es japonés. :-O

Mi cara de asombro era grande. Un carpintero japonés? Hombre, si me dijeses que te va a arreglar un aparato electrónico o te va a llevar a la Sagrada Familia a hacer unas fotos, me lo creo pero ponerte unas puertas, me da mala espina. No conozco mucho Japón más allá de lo que veo en las pelis y lo que leo en el blog de Kirai pero no veo yo muy claro que un japo sea carpintero en España (intrusismo laboral dirá alguno).

Es inevitable tener una serie de prejuicios respecto a algunas profesiones y que si no se producen, es lícito desconfiar. A uno, en su corta vida le han pasado algunas cosas de este tipo. Recuerdo que una vez fui a comer a un restaurante italiano en Andorra. Todo muy bonito, muy italiano, con su carta con nombres italianos, su música italiana... excepto los dueños, que eran franceses y tenían ese acento a lo Marlenne Morreau que tanto gusta a algunos.

"Que deseagía tomag, señoggg?"

Así que con ese detalle, por muy buena que estuviese la pasta (que no lo estaba), era imposible no desconfiar del restaurante.

Imaginaos entrar a un restaurante chino llevado por argentinos, o, como pasa en mi barrio, ir a comprar churros a una churrería que tienen unos pakistanis, que tal vez los hagan muy bien, pero que me digan a mi cuantas churrerías hay en su pais. Y ya conté en su momento lo del fotografo vizco en una boda.

Así que no tardé en imaginarme la escena del carpintero japonés de mi amigo del kurro. Le aconsejé que tuviese cuidado no fuese a ponerle biombos corredera en vez de puertas, y que vigilase si el tío llegaba con una espada agarrada a la espalda, hay que tener cuidado con los ninjas que son muy traicioneros (espada katana jamas debe ser tocada).

Pero luego, pensandolo mejor, tal vez un carpintero japonés sea lo más Cool del momento. Uno que ha visto muchas pelis de artes marciales, sabe como se entrenan los tipos duros, como golpean los troncos y parten tablas con las manos, la precisión que tienen en sus actos, la validez de su honor y su palabra.

"Si yo decilte que puelta te va a quedal bien, puelta te quedalá muy bien... o me hago el hara-kiri"

Así que por un momento recomendé a mi amigo que hablase con el japo y le propusiese aumentar su negocio con publicidad. Solo tiene que vestirse de samurai, ponerse una cinta en la frente con la bandera japonesa y cortar las maderas con su katana. Todo esto se graba en video, se cuelga en internet y se envia a Yonkis. El éxito está asegurado y es cuestión de semanas que aparezca en algún programa de zapping de la tele o incluso en el telediario. Pronto los toros y el flamenco dejarán de interesar en Japón y pasaremos de los turistas sonrientes a los carpinteros de Oriente. Temblad profesionales del roble!!!! El resurgir del Sol Naciente está aquí!!!!