En un estudio de colaboración entre los biologos y los lingüistas más profesionales y especializados en la materia de Ciudad- Mi propio mundo, se ha procedido a analizar la relación entre la frases hechas: "Más claro el agua" y "El agua es incolora, inodora e insipida" y su significado real dentro de la vida cotidiana, todo ello supervisado por el experimentado sociologo y administrador de Ciudad- Mi propio mundo, Babel.

El agua es incolora, inodora e insipida. Es eso cierto? Según aprendimos de pequeños en la escuela, esta afirmación parece ser una verdad irrefutable, un imperativo categórico, un dogma de fe. Pero en nuestros primeros indicios de pensamiento crítico, cuando empezamos a valorar lo que es un vaso de agua fresquita después de una dura jornada futbolera a las 3 de la tarde, nuestras dudas se apoderan de nuestra mente y los cimientos de nuestra educación se tambalean cuando pensamos que nuestro admirado y bíbliico libro de ciencias naturales puede que no diga del todo la verdad. Me gustaría que el señor SANTILLANA hubiese probado el agua de la fuente que había en el parque donde jugaba de pequeño antes de hacer sus cuadernos de vacaciones.

Cuando uno crece y descubre que hay bebidas mejores que el agua, y que en los bares y discotecas es más económico pedir un refresco que una botella de agua por mucha sed que tengas (atentos a la relación calidad-precio), se puede llegar a otra conclusión relacionada con este estudio.

Ejemplo 1: Robertito ha llegado a las 7 de la mañana de fiesta un poco "tocado". Su querida mama le despierta a las 11h subiendo la persiana ("por que ya no son horas de estar durmiendo") o pasando el aspirador estratégicamente por todos los rincones colindantes a la cabecera de tu cama ("Ah, perdona, no sabía que estabas durmiendo" otra gran frase materna digan de estudio). En esos momentos en que Robertito consigue recobrar la conciencia después del shock, y tras haber recriminado a su santa madre por su enesimo despiste, avanza sigilosamente al lavabo y cerrando la puerta a cal y canto para que su madre no sospeche las condiciones en las que llegó Robertito a su casa después de recorrer todos los bares, discotecas y afters de su ciudad (como si las madres fuesen tontas), Robertito, desesperado, se amorra al celestial grifo en busca del líquido sagrádo que será capaz de eliminar esa gran sequedad de boca (algunos técnicos lo llaman resaca) que tiene por culpa del alcohol. En esos momentos, Robertito, al probar el agua del grifo que hay en el lavabo de su pequeño pisito ubicado en un barrio no muy lujoso, se vuelve a acordar de su profesor de ciencias y del señor SANTILLANA que en paz descanse.

Otra situación que ha llevado a nuestros estudiosos a dudar sobre la pureza del agua y el beneficio que ella produce en nuestro organismo es la siguiente (seguimos con Robertito):

Ejemplo 2: Robertito se va a veranear a 300km de su ciudad y en los primeros días de sus ansiadas vacaciones padece una galopante gastroenteritis aguda. La gran frase de la abuela es: Eso es el cambio del agua.

Por que? Por que misterioso motivo todas las gastroenteritis estivales son causa de la ingesta de agua a la que no estás acostumbrado? Como si uno se pudiese acostumbrar al agua "pura" que sale del grifo de su casa. Tal vez todos esos familiares y amigos capaces de diagnosticar mejor que cualquier doctor todas las anomalias producidas en nuestro cuerpo, sin exploración ni nada, solo con un par de preguntas, esos que son capaces de descubrir las causas de tus enfermedades basándose en su experiencia, esos fans de la botica de la abuela, acaso se llevan una comisión de las empresas que se forran vendiendo agua embotellada?. Nunca lo podremos demostrar pero ahí queda la duda.

Para finalizar este breve pero intenso estudio, sacamos las siguientes conclusiones:

"El agua es para los peces" (como dijo el señor Justerini & Brooks)