Una vez superada la época primaveral de las declaraciones amorosas, torpedeada cada vez más por procesos alergicos y calentones masculinos provocados por los primeros escotes a causa del calor, que dejan el romanticismo en un segundo plano, llega la época de otro tipo de declaraciones algo menos altruistas: La declaración de la renta!!!!

Desde Ciudad- Mi propio mundo nos hemos propuesto realizar (una vez más) un estudio sociologico de este fenómeno anual inevitable para la mayoría de mortales españoles y evitable para los arriesgados futuros convictos.

Empezamos analizando el término que se le da a este "éxamen" económico.

Utilizar la palabra declaración ya supone pasar una prueba muy dura donde las garantías de éxito o fracaso son totalmente incalculables. El hecho de presentarse en algún sitio para declarar, solo pensarlo, ya se te ponen los pelos de punta. Vemoas algunos ejemplos:

• Los sudores fríos cuando se recibe una llamada de la policía para ir a comisaría a explicar (declarar) sobre algún tema, aun sabiendo que solo somos testigos de algo o que somos inocentes;
• Los nervios al pasar una aduana y que un amable hombre uniformado te pregunte: Tiene usted algo que declarar?. En ese momento es imposible borrar la cara de sospechoso que se nos pone al contestar que no;
• Los colores rojizos que acaloran nuestra cara al plantarnos delante del que creemos que es el amor de nuestra vida, vestido de comunión, embadurando de esa colonia apestosa que nos regalaron por Navidad y con un ramo de rosas comprado a precio de sortija de diamantes, justo al confesar nuestros sentimientos más profundos a esa chica que alucina ante semejante desproposito y sabiendo que la respuesta en el 90 % de los casos suele ser negativa (por no decir humillante).

Así que como primera conclusión que se puede extraer de este estudio es que las palabras que denominan a este acto fiscal son las más apropiadas para denominar las sensaciones que produce presentarse delante de un mostrador con un sobre lleno de papeles en los que dicen que el Estado tiene que devolverte dinero no podrían ser mejores y uno, por más que lo intente, no puede uno borrar de sus pensamientos la extraña sensación de que hay alguna cosa que no puede estar bien hecha en esas hojas llenas de cifras.

La segunda fase del estudio se centra en el famoso programa para realizar la declaración de la renta, llamado Programa Padre. Por que se le llama Padre a un programa que en la mayoría de los casos te dice que tienes que pagar dinero? Los padres, por norma general, no te hacen pagar dinero cada año. En todo caso, debería llamarse Programa Coche!!!! Que ese si que te hace desembolsar grandes cantidades de dinero a lo largo de tu vida, ya sea en reparaciones, parkings, impuestos de circulación y cosas varias. O por que no, programa Hipoteca? Por que de eso si que casi nadie se escapa y da un miedo que no veas solo de pensarlo!!!!

Y en el caso de las declaraciones donde se produce la devolución de alguna cantidad, por que no llamarlo Programa Madre? Que una madre siempre da más dinero a un hijo del que se merece!!!! (Lo de Programa Abuela está descartado por que una abuela casi nunca pasa de regalarte unos calcetines, ropa interior o un pijama, por más que se lo digamos constantemente!!!.) Además también solucionariamo el tema de las asociaciones feministas que batallan contra el machismo de la Hacienda Pública de este país.

Por lo tanto, desde Ciudad- Mi propio mundo, aconsejamos a la Administración de este país que para el año que viene actualice el nombre de este programa por uno más adecuado a la realidad y no nos lleve a la criminalización injusta de nuestros padres solo por un defecto formal de nomenclatura.

Y dicho todo esto, solo dar la enhorabuena a los premiados y para los que no han tenido tanta suerte, que el año que viene vuelvan a intentarlo.