Hace un par de fines de semana fue el noveno aniversario de la sala Salamandra y como fiel defensor y seguidor de este genuino local, no me perdí la cita anual, este año, amenizada con un concierto de uno de los mitos musicales (vivos) de este país.

Como muchos de vosotros sabeis, este humilde administrador principal de Ciudad- Mi propio mundo, no tiene ni idea de música, ni es un crítico consagrado en el mundillo pero si que se apunta a cualquier concierto que no supere los 15-20 € y del que tenga buenas referencias (o buena compañía), y no duda en explicar sus sensaciones como espectador, tanto del espectaculo musical (en el caso de que lo haya) como las cosas que allí pasan.

Este año el maestro de ceremonias, el encargado de atraer a la gente al local, fue Kiko Veneno!!!!

Ufff, que decir de este monstruo de la música? Mis primeros recuerdos de este hombre se remontan a cuando era un chaval y me pasaba los sábados por la mañana embobado viendo ese programa tan extraño pero aditivo, llamado La bola de Cristal. Nunca podré olvidar la imagen del Sr. Veneno disfrazado de Frankenstein o Dracula en esos singulares videoclips ochenteros.

El concierto era en acustico, y acompañado por otro guitarrista (el denominado "Partecuerdas Cepeda"), sentados en un par de sillas y vestido con una camisa horrible a la que hizo referencia nada más salir (supongo que para evitarse comentarios de vieja posteriores), allí se plantó, a emocionar a los allí presentes.

La fiesta empezó un poco (demasiado) tranquila, abriendo el concierto con canciones lentitas que no consiguieron despertar al público, pero solo estaba calentando, ya que poco a poco se fue animando conforme iban sonando los clásicos, cuya culminación llegó en el bis, a petición del público, de su aclamado Joselito (del disco "Echate un cantecito").

Entre canción y canción el tío arrancaba sonrisas con sus comentarios, con los que consiguió acercar al público y meterlo un poquito más en el ambiente, así como crear una pequeña química con ellos que duraría hasta el final. Como dato más curioso y divertido fue la explicación de como se tocaba la siguiente canción que iba a interpretar, en un La menor muy sencillo (explicando como se ponían los dedos y todo). En este momento fue cuando grité: "Eze Yimi Jendri!!!!! y parece que me escuchó (como me gustan las salas pequeñas!!!!). Su contestación fue genial: "Pos Yimi Jendri también empezó tocando en La menor, que lo zepais!!". La verdad es que se agradecen los artistas que se implican con el publico que paga por verlos y no salen a hacer su concierto sin importarle nada más. Parece que uno pasa un rato más agradable y sale con muy buenas sensaciones, sobretodo si tampoco eres un fan acerrimo de dichos grupos.

El único punto negativo fue la canción que tocó con Muchachito Bombo Infierno (que había actuado un día antes en la misma sala pero que no pude ir a ver) que fue un poquito floja, en parte por que a Muchachito apenas se le oía y por que seguramente, no habían ni siquiera ensayado.

En conclusión, que fue un concierto recomendable aunque no te guste mucho Kiko Veneno, donde nos echamos unas risas y unos cantecitos, además de descojonarnos con el careto del Sr. Cepeda que o vivía mucho las canciones o le molestaban un poco las luces jejeje.