Pronto llegará la primavera en Ciudad- Mi propio mundo y con ella, además de las alergias, los enamoramientos adolescentes y los cambios de tiempo, empieza la temporada de conciertos y festivales. Después de un inico de año algo apagadillo, estos meses muchos grupos sacan discos y empiezan giras por diversas ciudades y paises para mostrarnos sus nuevos trabajos y demostrarnos que no estaban acabados o que siguen siendo los mejores.

Los amigos, conocidos y turistas habituales de Ciudad- Mi propio mundo sabrán que el administrador de esta ciudad es un gran aficionado a ir a conciertos (junto al amigo Romantheman, compañero infatigable de barra y pitidos en los oidos), aunque a veces apenas conozca a los grupos, y como tal afición me viene de lejos y son muchos a los que he ido, quiero analizar ciertas cosas que hace tiempo me rondan por la cabeza.

Lo primero de todo es el aumento de precio de las entradas que están sufriendo nuestros vacíos bolsillos. Tendrá que ver esto con la piratería? Desde hace tiempo ciertas instituciones (con animo de lucro, por supuesto), cantantes y grupos radioformuleados y numerosos medios de comunicación quieren hacernos creer que la venta de cds en el top manta y las descargas por internet están acabando con la música (lo que ellos llaman música es un tema que dejo aparte para otro post jejeje).

En mi modesta opinión no es así. Es obvio que las empresas discográficas dejan de ganar (que no es lo mismo que perder) mucho dinero y que los grandes artistas mediaticos, de esos que necesitan hacer mucha promoción para que a la gente les guste sus discos se sienten preocupados por que en su futura corta carrera no van a llenar su saca de beneficios tanto como esperaban. Pero para los músicos de verdad, a los que les gusta tocar y cantar la música que hacen ellos y no la que le obligan a hacer, los que se componen sus canciones y se patean ciudades y ciudades haciendo conciertos, la mayoría de las veces, la mayor difusión que tienen sus discos a causa de la piratería les permite poder llenar salas, estadios y plazas de toros allá donde van, y vender camisetas, posters, banderas, pegatinas y demás cosas relacionadas con el grupo a sus numerosos fans (tengan sus discos originales o no). En fin, a lo que iba. El caso es que algunos promotores y grupos, por no decir la mayoría, se están tomando en serio eso de la piratería y el apocalipsis musical y están aprocechando este filón para maltratar esa música que defienden a capa y espada, poniendo precios desorbitados para poder verlos actuar en directo.

Por norma general, los conciertos de grupos españoles, cuestan unos 20€ de media y los extranjeros, no baja ninguno de 30€. Los grandes grupos internacionales pueden costar perfectamente 60€ como mínimo, bueno, eso si consigues sacar una entrada para su espectáculo, espectaculo, valga la redundancia, que ya comienza con las colas en los puntos de venta. Por que esa es otra, amigos y visitantes de Ciudad- Mi propio mundo, estos "grandes grupos" que tienen miles y miles de fans en cada ciudad, se permiten el lujo de recorrer media Europa en giras de dos meses, una vez cada tres o cuatro años, dosificando sus esfuerzos al máximo para envejecer dignamente, como si del Tio Gilito se tratasen, bañandose en sus piscinas de dinero y reirse de como sus seguidores se pasan noches enteras en la puerta de una tienda de discos para poder adquirir un ticket para verlos. Nos toman el pelo o que? Como pueden tirarse años sin pasar por tu pais y luego cuando vienen hacen un solo concierto en una sola ciudad, en un recinto donde caben 20.000 personas y encima pedirte 60, 80 o 100€ por verlos en una pantalla gigante? Y encima todos los medios de comunicación nos muestran sorprendidos lo rápido que se acaban las entradas para estos conciertos.

Hace tiempo que decidí no hacer el imbecil para ir a ver un concierto, hace tiempo que decidí no pagar más de 30€ por ver a un grupo. Años atras, cuando aún estaba dispuesto a realizar esfuerzos físicos y económicos por adular a mis idolos intenté conseguir una entrada para ver a Björk en el Palau de la música catalana. La entrada más barata, si no recuerdo mal, costaba unas 10.000 pesetas, que en aquella época, cuando aún no existían los euros, aún era mucho dinero. No conseguí comprarla, ni por internet (la web que ofrecía el servicio de venta petó), ni en las tiendas de discos donde las vendían (supuestamente) ni de ninguna otra manera. Fue una decepción tremenda. Esperaba ese concierto con ansia y devoción y mi frustración fue enorme. Lo curioso de todo esto, lo que hizo desengañarme definitivamente y tomar la decisión de no hacer más el gilipollas por un concierto, fue que días después me enteré de como la reventa funcionó de maravilla, de como algunas personas que ni siquiera sabían quien era Björk habían conseguido una entrada gratis por tener amigos en alguna discográfica y anecdotas similares que no hicieron más que destrozarme moralmente.

No sé cual puede ser la solución para este problema de las entradas. Tal vez la venta anticipada sea el verdadero cancer de los conciertos. Tal vez, si las entradas solo se vendiesen el día del concierto tres o cuatro horas antes de empezar, en taquilla, y una vez comprada ya se tuviese que entrar en el recinto, la reventa no tendría el mismo efecto y los que verdaderamente quieren ver ese concierto, lo verían.

Desde aquí llamo a la coherencia social-musical y pido un BOIKOT generalizado a todos estos grupos que se creen que trabajamos para verlos a ellos. Que vayan a verlos todos esos reventas que se hacen de oro gracias a nuestra estupidez.

P.D. Fotos tomadas prestadas de Desenhando y 20 minutos