Esta frase de la canción "Lola la Loca" de Albert Pla, resume perfectamente el sentido de la vida artístico que ofrece este personaje a aquel que le quiera escuchar. Una sensación de locura, mezclada con un puntito de inocencia infantil; un estilo personal y peculiar alejado de cualquier encasillamiento musical tan necesario hoy en día para poder triunfar en cualquier radioformula; una actitud provocadora y una imagen muy personal llena de desidia y dejadez hacen de Albert Pla un artísta original y único, ese típico artista que tiene defensores y retractores en ambos extremos..

Hace un año Romantheman me regaló una entrada para ir a verlo actuar en una obra de teatro sorprendente (Cançons d'amor i droga). No teníamos ni idea de que iba, solo habíamos visto unas fotos promocionales y leído alguna reseña (que pretendía ser una crítica) donde se comentaba que actuaba con una pinchadiscos (ahora se llaman Di-yeis) que salía completamente desnuda interactuando con él. No sabría describir exactamente las sensaciones que me produjo la visión de semejante espectáculo. Solo recuerdo que salimos del teatro estupefactos, sin saber poner de acuerdo nuestras sensaciones para calificarla ni siendo capaces de expresar o explicar lo que habíamos presenciado aquella noche a quien no lo había visto. Lo único que podíamos contar a los que nos preguntaban por la obra era recomendarsela con las palabras: Hay que verla, tanto si te gusta Albert Pla como si no..

Tenía ganas de verlo actuar en directo, en una sala pequeña, mostrando su extraño repertorio de canciones, acompañado del genial guitarrista Diego Cortés y este viernes por fin pude hacerlo. El lugar, donde siempre, la sala Salamandra de L'Hospitalet, más llena que de costumbre aunque últimamente parace que se está convirtiendo en una tónica general, señal de que se están haciendo bien las cosas. Me alegro.

Del concierto poco puedo contar, ya que llegamos tarde, como siempre, y parace que era el día de la entrada gratuita a los que miden más de 1'85cm si se ponían delante mío, así que no vi casi nada pero bueno, musicalmente no me decepcionó. El sonido fue perfecto y la puesta en escena del Sr. Pla (si es que alguna vez le han llamado señor) estuvo en su linea habitual de teatralidad. El público muy variado y entregado. Y me sorprendió mucho la memoría que tiene este tío (a pesar de lo castigado que parece) para acordarse de todas las letras de las canciones que canta, que precisamente no se caracterizan por seguir la formula milagrosa de cuarteto-estribillo-cuarteto-estribillo. Diego Cortes ofreció su propio espectaculo con la guitarra y les acompañaba la chica de la obra de teatro (esta vez vestida) haciendo las bases (de esto no estoy muy seguro ya que estaba sentada y no la veía). Intentaré volver a ir a verlo y llegar pronto para contaros más.